“El pan tiene muchas cosas alrededor: mitos, dichos, leyendas, cuentos”
Jaime Lubín y Adriana Camarena son diseñadores, semiólogos, filósofos y apasionados de la gastronomía mexicana
Julieta Salgado
Sentir asombro ante el olor de la mantequilla que exhala el pan. Disfrutar el brillo que le da la yema de huevo a la cubierta del cuernito. Paladear la suave textura que se deshace en la boca y las evocaciones que emanan desde el paladar al probar una concha. A eso invitan los investigadores Jaime Lubín y Adriana Camarena.
“Una mesa sin pan es una simple tabla. El pan tiene muchas cosas alrededor, mitos, leyendas, cuentos, consejos, dichos, etcétera”, afirma el semiólogo Jaime Lubín Zermeño Acosta.
Recientemente, presentaron los hallazgos de su investigación en El santo olor de la panadería en la Casa ITESO Clavigero que permaneció desde octubre del año pasado hasta febrero de 2014. La exposición, que muestra datos históricos sobre el origen del pan, explica los motivos que han hecho de Guadalajara una ciudad panadera.
Jaime Lubín y Adriana Camarena dirigen en Guadalajara el Taller del Asombro y representan el conocimiento apasionado que da una mezcla de ingredientes exóticos: son diseñadores, semiólogos, algo filósofos y apasionados de la gastronomía mexicana.
Lubín tiene una larga trayectoria como investigador. Es un experto en datos históricos y hechos curiosos que han marcado la vida tapatía, desde la arquitectura hasta la gastronomía. Junto a Camarena, dedican su tiempo a encontrar las respuestas a las preguntas sobre el origen de la preparación de los alimentos, a definir sabores locales. En pocas palabras, a descubrir ese patrimonio invisible que es la comida de Jalisco.
La exposición cuenta que en 1544 ya se podía disfrutar del pan en la ciudad (hecho de trigo, una especie traída de Europa). Narra cómo el pan se creó ante la emergencia de contar con ostias para continuar con las tareas de evangelización de la Iglesia Católica. Una de las partes más interesantes de la muestra son los sellos de los panaderos imprimían a sus productos para garantizar la calidad del producto. Si no lo hacían, corrían el riesgo de sufrir penas financieras por parte del Cabildo virreinal.
“El pan tiene toda una historia, un contexto muy antiguo y profundo. No conozco a nadie, por más catrín que sea, que no le meta el diente al birote”.
La muestra ha recibido muchos comentarios positivos, lo que demuestra el interés de la población en la historia y la gastronomía.
“A la gente le interesa descubrir qué es lo que está alrededor no sólo del pan, sino de la gastronomía desde un punto de vista muy cotidiano”, dice Adriana Camarena.
¿A qué sabe lo tapatío?
El patrimonio es un tema serio que ellos lo rescatan con humor. Editores de libros con tirajes cortos, han hecho un par de ejemplares sobre “San Patrimonio”, un santo que inventaron para defender el patrimonio material e inmaterial. También, han hecho una serie de investigaciones sobre la cocina virreinal y los platillos favoritos de algunos pintores mexicanos.
Para Lubín, el interés sobre estos temas nace de una necesidad genuina: “cocinar, preparar, degustar, comer, quedar satisfechos y tener una buena sobremesa”.
Adriana y Jaime forman parte de la organización internacional Slow Food, fundada en Italia. Más información sobre ellos, su trabajo y actividades que organizan en https://www.facebook.com/pages/Taller-del-Asombro/374329529251740 o en el correo [email protected]
