“Me gusta la vida cultural de la ciudad y caminar en las calles, aunque la gente no respeta mucho a los peatones”
Esta joven sueca llegó a México hace algunos años con el objetivo de cambiar su ajetreado estilo de vida en Estocolmo.
Julieta Salgado
Kadri Juhkam es una joven sueca de 29 años que llegó a Guadalajara buscando un estilo de vida más relajado al que llevaba en su natal Estocolmo. En la maleta tenía muchos planes, entre ellos, la realización de una investigación que demuestre cómo desde la política se puede incentivar el desarrollo de un país si se fortalece la salud pública.
Primero, probó suerte en Sayulita. La playa nayarita le parecía lo más distinto a la cosmopolita Estocolmo. “Hay dos niveles de prisión en un país, por ejemplo, cuando no te permite hablar libre o no brinda educación, pero también hay prisión de mente, la individual, eso existe mucho allá”, reconoce.
Sin embargo, sentía la necesidad de vivir en una ciudad con más oportunidades culturales y en donde pudiera compartir con más personas sus ideas políticas, por lo que se mudó a Guadalajara, la ciudad de su novio.
Kadri volverá a Suecia el próximo verano. Llegó primero con la convicción de establecerse y construir una vida en esta ciudad; sin embargo, cree que tiene mejores oportunidades en su país.
¿Qué es lo que más te gusta de Guadalajara?
Que hay una gran cantidad de cultura y naturaleza cerca de la ciudad. Está geográficamente bien ubicada.
¿Qué piensas cuando vas por las calles tapatías?
Disfruto caminar, aunque sí me parece que existe poco respeto por parte de los automovilistas hacia los peatones.
Según tu experiencia ¿cuáles son las principales diferencias entre Guadalajara y Estocolmo?
Ambos son cien por ciento diferentes en la mayoría de los aspectos. En lo político, en la forma en que se organiza la sociedad, en los valores, en la forma de pensar, la manera de comunicarse, las prioridades, bueno, ¡todo! Allá se vive todo el tiempo pensando en el futuro y aquí importa más el presente.
¿Cómo es la vida en Estocolmo?
Somos muy perfeccionistas, lo que tú trabajas es lo que eres, esa es tu identidad. Lo primero que te preguntan, además de tu nombre, es en qué trabajas, dónde vives, cuentan mucho esos datos sociales. Aquí no. En Suecia hay presión para todo. Sin embargo, Suecia tiene mucho que aprender de México. Hay mucha generosidad, allá eso no es muy común. Aquí abren muy fácil su vida, su casa, su corazón.
¿Sientes que bajó tu nivel de estrés aquí?
Sí. Ahora estoy especializándome en nutrición, disciplina mental, yoga, meditación, me quiero profesionalizar en consejos de salud y los estoy aplicando en mi.
¿Qué consideras que le falta a México para ser un país de oportunidades?
México tiene una urgente necesidad de mejorar sus sistemas de control en todos los niveles. Es terrible lo indefenso que un individuo puede estar en contra de toda la corrupción. Debería de haber una “ley de tolerancia cero” para la corrupción. Debe destinar más dinero a la educación pública –que es la clave del desarrollo– y dar más recursos para las mujeres.
¿Cuándo piensas hacer tu trabajo de campo sobre tu investigación?
Pienso regresar en mayo. Si el gobierno lo permite, estaré de nuevo en Guadalajara en diciembre o enero de 2015. Quiero escribir de política de salud, cómo puedes ayudar a un país a desarrollar cuando mejoras su salud pública, con estrategias políticas y sus repercusiones económicas. Si alguien tiene una idea interesante pueden ponerse en contacto conmigo en: [email protected].
Perfil
Nació en Estocolmo hace 29 años. Estudió Ciencias Políticas con especialidad en Manejo de Crisis y Cooperación Internacional en la Escuela de Defensa Nacional de Suecia y en la Universidad de Uppsala. Durante los últimos años se ha especializado en áreas relacionadas con la salud personal y la salud pública. Su objetivo es trabajar algún proyecto de investigación que tenga que ver con la salud pública desde el enfoque de la política.
