“En el municipio se han descubierto más de once mil petroglifos y pinturas rupestres”
El patrimonio arqueológico de Mascota es uno de los más ricos de Jalisco.
Enclavado en la Sierra Madre Occidental, el municipio de Mascota es uno de los lugares más ricos de Jalisco en cuanto a su patrimonio arqueológico, ya que reúne vestigios tanto de la cutura huichola, olmeca, como de zonas tan lejanas como la región andina.
Los restos de esta última cultura fueron hallados en la zona del Embocadero, donde se excavaron tumbas de tiro, con casi tres mil años de historia. Los cráneos encontrados son de tipo sudamericano, con pómulos gruesos, muy distintos a las características físicas de las culturas preshispánicas del país. Según los expertos, es posible que estas civilizaciones migraran desde Perú hasta el norte por el Oceáno Pacífico y que recalaran, durante algún periodo, en esta región.
En la zona de El Pantano el señor Juan José de la Torre y su esposa Chila Maldonado descubrieron en 1997 un cementerio con 43 pozos, restos de 175 personas y más de 628 objetos de ofrenda, fechados también 800 años antes de Cristo. Las investigaciones, encabezadas por el arqueólogo Joseph B. Mountjoy con el apoyo de la National Geographic Society entre 2001 y 2005, arrojaron coincidencias de los restos con la cultura Capacha de Colima y piezas de joyería de jade relacionadas con Guatemala, así como piezas de cerámica vinculadas a las culturas de Ecuador.
Otra de las zonas arqueológicas más importantes es la de Los Coamajales, donde se hallaron dos tumbas de tiro y bóveda, las más antiguas de Jalisco. Ahí, los arqueológos descubrieron una figura de jaguar y urnas con huesos incinerados, fechados por radiocarbono en el año mil antes de Cristo.
Pero eso no es todo. En el municipio y sus alrededores, se han descubierto más de once mil petroglifos y pinturas rupestres en 339 peñas, en las localidades de Tomatlán, Mascota y Talpa. El arte rupestre pretende explicar la relación de los pobladores con fenómenos naturales como el sol, el agua y la fertilidad. La mayoría de los motivos son representaciones gráficas de ceremonias religiosas.
En estas pinturas, el sol se representa con una serie de círculos concéntricos, el chamán como un personaje central y Tlálolc, el Dios de la lluvia. La mayoría de las pinturas rupestres, más de 300, se han encontrado en el sitio de la Peña Pintada, a 65 kilómetros al suroeste de Mascota, en la cuenca del río Tomatlán.
De acuerdo con los especialistas estas manifestaciones pictóricas eran ofrendas al Dios solar. Para entenderlo mejor, era como colgar milagritos en lugares específicos de las iglesias católicas.
Uno de los mejores lugares para interpretar esta información es el Museo Arqueológico (Allende #115), inaugurado en 2001 en el centro de Mascota. Este espacio expone 452 piezas de cerámica de piedra y hueso, 75 fotografías de arte rupestre y ofrendas funerarias encontradas en las tumbas.
El principal impulsor, tanto del Museo como de las investigaciones arqueológicas llevadas a cabo en la zona, es el estadounidense Joseph B. Montjouy, arqueólogo de la Universidad de Carolina del Norte quien llegó a esta zona en 1975. Él es uno de los responsables de que Mascota sea una referencia a nivel nacional en arqueología y uno de los principales impulsores de Mascota como destino turístico y arqueológico.
