Son las 10:40 de la mañana y el clima comienza a mejorar en San Pedro Tlaquepaque. Llegamos a la casa de María Elena, la de la fachada morada que sobresale en la cuadra. Se abre una pequeña ventana en la puerta y se asoma la cabeza de Mayra, ella trabaja con la “Nena” desde hace 3 años.
Entramos a la casa y lo primero que atrae nuestra atención es el jardín. La casa de María Elena está llena de vida, proyecta perfectamente la personalidad de la candidata. Esperamos en la sala, no hay pared, es un gran ventanal que deja entrar la luz del día y permite apreciar el cielo despejado que ya anuncia que la primavera viene aunque el viento frío diga lo contrario.
La casa es una tira larga, con la cocina, el comedor y la sala unidos, la única separación entre ellos se da por los muebles. Todo con un estilo rústico que parece guardar muchas historias. La mesa de la sala está llena de libros de viajes y fotografías, cada uno de ellos es el recuerdo de uno de los viajes que ha hecho María Elena alrededor del mundo.
El café está listo y la entrevista comienza. ¿Quién es María Elena Limón García?
“La Nena” como sus amigos la conocen, es una mujer que desde su juventud ha visto de cerca las necesidades y problemáticas de la gente de su comunidad. Su padre, un artesano local, la involucró desde niña en todas sus actividades y fue él quién la ayudó a descubrir Tlaquepaque y a darse cuenta desde temprana edad de la pobreza con la que muchos tlaquepaquenses tienen que vivir y los pocos apoyos que reciben por parte del gobierno. De él se podría decir que heredó la generosidad y ganas de ayudar a los demás, pues muchos de los recuerdos que tiene de su padre son así, ayudando, haciendo cosas por los demás, sobre todo por los artesanos a los que daba trabajo y ayudaba a vender sus artesanías no sólo en todo México sino fuera del país.
La honestidad es otra de las características que distinguen a María Elena, cualidad que viene inculcada directamente por su madre que desde siempre se preocupó porque tanto ella como sus 5 hermanas y 2 hermanos crecieran rodeados de valores, en un hogar en el que “estaban prohibidas las mentiras”.
No es de extrañarse que con esa educación y sentido de comunidad y pertenencia que le inculcó su familia, la vida haya llevado a María Elena a dedicarse profesionalmente a los demás.
Licenciada en Servicio Social comenzó su vida profesional en el DIF, institución a la que recuerda con cariño no sólo porque ahí fue donde obtuvo su primer cargo público sino porque su primer puesto de trabajo ahí fue, según sus propias palabras, de “corre, ve lleva y trae”, y gracias a su esfuerzo y preparación fue subiendo poco a poco de cargo, primero como coordinadora del Programa DIA (Desarrollo Integral del Adolescente), luego como Directora de Trabajo Social, después como Directora de Recaudación de Fondos, gracias a un diplomado de especialización en la materia que tomó en Boston y terminó como Directora General del DIF a sus 28 años de edad.
Su paso por el DIF fue una carrera de 4 años que concluyó con una huelga de hambre en 1999, año en el que cansada de ver cómo otros funcionarios estaban olvidando para qué es la institución realmente y las trabas que ponían para otorgar los recursos necesarios para seguir con el trabajo de apoyo a la comunidad optó por tomar esta drástica medida que puso en práctica por una semana hasta que por cuestiones de salud tuvo que desistir, no sin antes renunciar oficialmente a su cargo de directora.
Ese compromiso y entrega que la caracteriza la ha llevado a desempeñarse en puestos que de una u otra manera repercuten directamente en la vida de otras personas, como cuando fue Directora de Patrimonio Municipal, o como Coordinadora del Programa Niños con Cáncer en Hospitales Civiles.
Con su experiencia en cargos públicos y gestionando recursos para ayudar a personas que lo necesitan María Elena Limón quiere ofrecerle a Tlaquepaque una nueva oportunidad para que todos los ciudadanos sean escuchados y tomados en cuenta, para que reciban el apoyo y la atención que merecen de parte del gobierno.
María Elena no sólo le habla a las mujeres, que son más de la mitad de los ciudadanos de Tlaquepaque, le habla a los artesanos, a las cabezas de familia que necesitan apoyarse en alguien. Ella no sólo conoce la realidad que enfrentan, ella ha vivido en carne propia lo que es tener que sacar adelante a una familia, ya que así lo hizo con sus dos hijos Argeniz y Carlos.
Hoy los sueños de la Nena son diferentes a los que tenía de niña cuando quería ser bailarina de ballet y se soñaba con presentarse en el Palacio de Bellas Artes de la Ciudada de México. Hoy es candidata de Movimiento Ciudadano a la presidencia de San Pedro Tlaquepaque.
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