“Tuve una infancia difícil y viví situaciones tristes porque mi familia no tuvo muchos recursos, pero eso me fortaleció”
Salvador Álvarez, presidente municipal de Autlán de Navarro, afirma que los políticos deben ser más cercanos al ciudadano y ofrecerles oportunidades de desarrollo cultural y educativo.
El presidente municipal de Autlán de Navarro, Salvador Álvarez, afirma que siempre ha sido una persona inquieta. “Necesito estar haciendo alguna actividad y ahora lo que me sobra son actividades. Soy excesivamente entregado al trabajo”. Amante del deporte, asegura que todas las noches se va a dormir con la satisfacción de haber cumplido con su trabajo. “Tuve una infancia difícil y viví situaciones tristes porque mi familia no tuvo muchos recursos, pero eso me fortaleció. Quiero ser recordado como uno de los mejores presidentes de Autlán, pero con hechos, haciendo obras necesarias”.
Entre las cosas que destaca de su gestión están la entrega de uniformes y útiles escolares gratuitos para los niños de educación básica y el encuentro Nocheztli, Festival de las Artes.
“Prometí que haría un festival con actividades gratuitas y ha sido todo un éxito. Durante el carnaval también hicimos conciertos gratuitos porque, aunque parezca raro, hay gente de Autlán que nunca ha visto un concierto en vivo”, afirma.
En el último concierto Chuy Lizárraga invitó a Salvador Álvarez a compartir el micrófono y cantar con él frente a más de 17 mil personas. “La gente me aplaudió, me sentí muy agradecido, se siente bonito”.
¿El escenario no te puso nervioso?
No. Siempre fui muy bromista y tengo una actitud que me hace estar confiado. No importa si canto feo o bonito. Lo importante es divertirse. Me gusta cantar, bailar y tocar la tambora.
¿Te dijo algo después Chuy Lizárraga?
Me echó muchas flores. Me felicitó. Fue un gran detalle de su parte. A los espectadores les dijo que deberían estar orgullosos de tener un presidente así. Pero para mí eso es algo secundario.
¿Crees que es necesario que los gobernantes rompan esos paradigmas de ser personajes serios?
Sí. Hay que dejar de lado esas cuestiones de acartonamiento. Los gobernantes somos también seres humanos. Es verdad que se me mide y cuestiona por mis resultados, pero los funcionarios no debemos dejar de ser quienes somos. Yo voy a los mismos lugares que iba antes. Como en los mismos puestos de tacos a los que voy desde hace años. Mi estilo de vida no ha cambiado.
¿No se te ha subido el puesto?
No, para nada. Eso es algo que he recriminado de presidentes anteriores. Muchos eran mis amigos, pero, después de haber sido electos, ya no te saludan. Así he perdido amistades. Son personas que están todo el tiempo con cinco guardaespaldas. Yo no. A veces los uso en casos muy necesarios, pero nada más. La imagen del político está desgastada por este tipo de actitudes. No comprenden que estamos sobrados de necesidades.
¿Quizás porque tu origen y perfil sea diferente al del político tradicional?
Yo estuve antes en otro proyecto político. Pero en ese lugar, para sobresalir, tenías que hacer política sucia, dejar amistades, pisotear a personas. Yo nunca logré nada ahí porque no estaba de acuerdo con esos valores, así que me salí.
¿Conoces a Carlos Santana?
Hace unos meses fui a ver un concierto suyo en Las Vegas. Antes del espectáculo lo busqué para invitarlo al festival Nocheztli. Normalmente, la gente que lo busca es para pedirle algo. Yo quise invitarlo para que conociera lo que estamos haciendo y enseñarle que el festival ha demostrado que es un éxito. Al final no lo pude ver, pero le dejé la información con una hermana suya.
PERFIL
Salvador Álvarez nació en 1969. Es contador público egresado por el CUC Sur. Tiene tres hijos, dos hombres y una mujer, de 22, 17 y 16 años. Trabajó durante 15 años en un banco, y ha sido porcicultor y ganadero. “Me gusta mucho ir al cine, pero ahora voy sólo cuando puedo”.