Las reformas fiscal y energética impactarán en el poder adquisitivo de los jaliscienses
Omar Magaña
Un año complicado para la población.
“Los jaliscienses despertamos al 2014 con más impuestos, obligaciones fiscales y subida de precios, pero con el mismo sistema de distribución del gasto público”
El poder adquisitivo de los mexicanos se reduce y, como van las cosas, será consumido por completo. El Gobierno y las instituciones tributarias insisten en la necesidad de incrementar la recaudación tributaria en beneficio —supuestamente— del gasto social.
Lo único cierto es que la estrategia de la administración Peña Nieto sigue beneficiando a los grandes capitales y ahorcando aún más a las clases productivas. Los jaliscienses despertamos al 2014 con más impuestos, obligaciones fiscales y subida de precios, pero con el mismo sistema de distribución del gasto público, uno poco transparente y efectivo con las necesidades de nuestra sociedad. Subidas a la gasolina, los refrescos, ISR, predial y transporte público, entre otros impuestos, impactarán negativamente en la economía de la gente. Aquí una lista con
1) Ahora, incluso los gastos menores se vuelven abrumadores. Los chicles y los alimentos para mascotas estrenan IVA (16 por ciento) por ser considerados de poca utilidad para los ciudadanos.
2) Si, ya de por sí, salimos poco de la ciudad por falta de tiempo y dinero, desde ahora podemos despedirnos de las vacaciones debido a la aplicación del IVA al transporte foráneo.
3) La señora de la ‘tiendita’, el peluquero, el fontanero, integrados hasta ahora al Régimen de Pequeños Contribuyentes, deberán realizar una serie de maromas (pagar los servicios de un contador y sistemas informáticos) para integrarse a la vigilancia de los órganos fiscalizadores, la llamada “formalidad”.
4) Los gustos culposos ahora costarán más caros. Desde ahora, a revisar las etiquetas porque la nueva ley del IEPS supone un incremento de un peso por cada litro en bebidas saborizadas y un gravamen del 8 por ciento en productos con 275 calorías o más.
5) Los emprendedores y los profesionistas independientes tendrán que fijarse más en qué gastan -incluso, si se trata de necesidades médicas o de alimentación- pues se reduce el porcentaje de deducibilidad en diversos rubros considerados personales.
6) No hay mejor manera de desincentivar el esfuerzo productivo que imponiendo mayores gravámenes del ISR, sobre las percepciones económicas, hasta del 32 por ciento para aquellos que logran percibir entre 750 mil y un millón de pesos anuales.
7) Si invertiste hasta los zapatos para echar a andar tu negocio y generar empleos, tendrás que buscar la manera de recuperarte con tus propios medios porque se elimina la figura de deducción inmediata en compra de activos fijos.
8) Eso sí, quienes mueven esas cantidades de dinero que para muchos ciudadanos resultan ajenas a través de instituciones bancarias pueden despedirse del Impuesto a los Depósitos en Efectivo (IDE). También desapareció el Impuesto Empresarial de Tasa Única (IETU).
9) Como los patrones tendrán menos oportunidad de deducir ante Hacienda las prestaciones que recibes como trabajador, es probable que encuentres aún más reticencias para hacer válidos tus derechos laborales.
10) Si querías participar en la Bolsa, tendrás que contemplar el nuevo impuesto del 10 por ciento sobre los intercambios de valores.