El panorama literario de Jalisco estrena un nuevo sello
Álvaro González
Los mexicanos leemos menos de tres libros al año, tenemos una red de bibliotecas y librerías deficiente. Tan sólo en Guadalajara, sede de la feria del libro más importante del mundo en español y una ciudad de más de dos millones de habitantes, las librerías que valen la pena apenas alcanzan la decena. Por eso, la idea de comenzar un proyecto editorial puede que no sea, a primera vista, una decisión prudente, menos si lleva el nombre de un animal de granja.
Contra todo pronóstico y con un espíritu aventurero y algo temerario se presentó a finales del año pasado la editorial tapatía Pollo Blanco con el libro Manuel el cubano loco del escritor bosnio alemán Saša Stanišic.
La novela no podía representar mejor el espíritu de la editorial. Es divertida, tiene mucho sentido del humor y es uno de los mejores ejemplos de la nueva literatura centroeuropea. Como la editorial, Stanišic no se toma demasiado en serio.
Manuel es un cubano que vive desde hace veinte años en Alemania y que llegó procedente de Los Pinos, una isla cubana del archipiélago de los Canarreos y que se enfrenta a un proceso de deportación. Su historia es contada por un vigilante nocturno que narra los últimos días del protagonista en un lugar conocido como La Bailonga, una casa en ruinas en una provincia burguesa del sur de Alemania. La vida de Manuel no ha sido fácil. Huérfano de madre, su padrastro es un narcotráficante alemán que vivió en Cuba al cual le ha perdido la pista hace mucho tiempo.
La apuesta de la editorial de Pollo Blanco es sencilla: buenos autores, textos de calidad, un diseño atractivo y la incorporación al mercado del libro digital (su primer libro se vende también en Amazon). Uno de sus objetivos es consolidarse no sólo como una productora de libros, sino como una propuesta de empresa cultural que vaya más allá de la búsqueda de nuevos lectores y que impacte de manera positiva el nivel de interés de la población al hacerlos.
Poco antes de Navidad editaron Anuario de literatura breve. Al gravitar rotando, su segundo libro, en colaboración con La Zonámbula que reúne textos de autores (en su mayoría tapatíos) como Óscar Tagle, Xitlálitl Rodríguez, Jorge Orendáin, Cecilia Márquez, Alain Derbez, Jesús Robles Maloof, Rafael Medina, Rossana Camarena, Lilián Bañuelos, Priscilla Martínez, Laura Méndez, entre otros.
