“La exposición muestra más de 200 postales realizadas por el suizo Juan Kaiser en la ciudad”
Hace un siglo, Guadalajara era una ciudad de 100 mil habitantes que contaba con una vida de barrio tranquila y sosegada. El ruido que hacía el tranvía al pasar, los gritos de los vendedores de los portales y la llegada del tren a la estación de Mexicaltzingo, eran quizá los únicos desasosiegos de la época.
Gran parte de esa Guadalajara ya desapareció y permanece sólo en las fotografías de la época. Uno de los grandes fotógrafos de principios del siglo XX fue el suizo Juan Kaiser Schwab, dueño de la papelería e imprenta “Al libro de caja”. Nacido en 1858 y fallecido en 1916, fue un empresario que tuvo mucho éxito en la venta de postales.
“En aquella época había un boom de la venta de postales que duró hasta los años treinta, la gente las compraba y las intercambiaba. Muchas se retocaban con colores”, afirma Raúl Aceves, poeta y coleccionista de estos productos que ahora se muestran en la exposición La Guadalajara de Juan Kaiser que se inaguró el pasado 20 de marzo en la Casa ITESO Clavigero (José Guadalupe Zuno, 2083).
Esta exhibición, de acuerdo a Guetierre Aceves, director de la Casa ITESO, es la primera dedicada al trabajo de Kaiser. En total se muestran más de 200 postales, así como objetos de la época y un video con una entrevista al señor Fernando Ramírez, un tapatío de cien años, quien comenta y habla sobre la Guadalajara de principios del siglo XX.
“Estas imágenes son un patrimonio de la historia y de la memoria de Guadalajara. Es un material muy importante”, dice Gutierre.
La mayor parte de las fotografías fueron tomadas en el antiguo centro histórico y muestran muchos edificios y casas que han desparecido.
“Juan Kaiser tenía mucho interés por la fotografía arquitectónica, sin embargo, no mostraba a sus habitantes. La Guadalajara de estas postales parece una ciudad casi fantasmal”, afirma Aceves. Otro de los coleccionistas que participó fue el coleccionista Eduardo García Ramírez, quien recuerda que Kaiser también se dedicó a la impresión de billetes y vales económicos.
“Sus postales pueden costar entre 30 y 500 pesos. Pero los billetes que imprimió pueden costar hasta cinco mil pesos”.
La exposición permanecerá abierta hasta el mes de mayo.