“Cada vez el cómic se equipara más a la literatura”
Miguel Gallardo es uno de los dibujantes de cómic más importantes de España. Hablamos con él durante su visita a la FIL
Con más de 26 millones de desempleados, una crisis que lleva más de un lustro, casos de corrupción de banqueros y políticos, el ilustrador catalán Miguel Gallardo asegura que los autores de cómic, no pueden estar impasibles ante la injusticia y la realidad.
“Vivimos momentos complicados y ahora toca hacerse responsable de uno mismo y de lo que pasa alrededor. No podemos ponernos una venda y pretender que no pasa nada. En España dejamos de creerle a los políticos que han robado cientos de miles de euros, mientras a la gente la echan a la calle porque no tiene para pagar la hipoteca, ni trabajo”.
El cómic y la novela gráfica social ha tenido en España un auge en los últimos años. La crisis ha sido contada por los ilustradores con la precisión de un cirujano. Sucede, como en México, que los autores del cartón político se convierten en voceros y líderes de opinión para una sociedad indignada.
“La ilustración es un medio de batalla y de guerrilla muy interesante”, admite Gallardo, que hace poco se adhirió a Guanyem, una formación catalana ligada a Podemos, un nuevo partido que está cimbrando la política tradicional de aquel país.
“Nunca me había metido en política, pero siempre he tenido conciencia social”, afirma.
El autor de María y yo, un cómic sobre su hija autista, viajó hace un año a la República Dominicana gracias a la ONG Oxfam Intermon, con el objetivo de conocer de cerca el trabajo de la organización y retratarlo a través de un cómic publicado recientemente (el proyecto se puede ver en www.ojoylapiz.com).
“Pisamos el suelo, hablamos con la gente de ahí, conocimos las zonas más empobrecidas del país. Este tipo de ONG hacen memorias, informes que nadie se los lee o que no llegan a la calle. Intentamos darle la vuelta a eso. También hago mucho material de apoyo, sensibliziación, material para educación, mucho trabajo voluntario con asociaciones relacionadas con la discapacidad. Los dibujantes no podemos estar aislados del mundo”.
Gallardo, quien publica regularmente en diarios como el Herald Tribune o The New Yorker, formó parte de El Víbora, una revista que nació en 1979 y finalizó en 2005, el cual reunió a muchos de los mejores autores de cómics de España.
“El Víbora fue un fenómeno porque hablaba de cosas que pasaban en la sociedad y nadie contaba. Eramos jóvenes con mucho descaro, contábamos animaladas y muchas burradas”.
Época dorada del cómic
Considerada un género mayor, en los últimos años la narrativa gráfica ha alcanzado niveles de legitimación y prestigio que no tenía antes.
“La denominación de novela gráfica no es más que una etiqueta porque nadie sabe realmente qué es. Los autores teníamos un lastre encima de que los son historietas para niños, para frikis que se disfrazan, para gente que le gustan los superhéroes, pero han surgido generaciones nuevas con temas que abordan la vida cotidiana o problemas sociales. Yo tengo 35 años haciendo esto y desde hace mucho tiempo sabía que lo que hacía era importante y no un entretenimiento. Hay grandes autores, Art Spiegelman (autor del cómic Maus) es nuestra piedra de toque, pero no sólo es él, también está Marjane Satrapi, autora de Persépolis. Cada vez el cómic se equipara más a la literatura”.