Recuperación del espacio urbano.- Transformando el barrio
Un grupo de estudiantes del ITESO visitan barrios tradicionales de Guadalajara para conocer sus carencias y hacer proyectos de transformación en la comunidad.
“Toda mi vida he vivido en Santa Tere y cada vez es más inseguro, dice una vecina”
Una carpa blanca y más de diez señoras. Sobre una mesa hay dos planos y un grupo de seis chicos dirigen la sesión frente a una escuela primaria en el Parque José Clemente Orozco en el barrio de Santa Tere.
“Tengo 20 años vivendo en los departamentos de Arista y Clemente Orozco y cada vez tenemos más problemas. Hace poco entraron a robar y nadie dijo nada”, afirma indignada Margarita Escobedo. Otra de ellas asiente con la cabeza y asegura que en los alrededores del parque se roban autopartes.
Carmen Ortega, otra de las participantes en la charla, afirma: “El Seven Eleven de la esquina ayudó un poco porque iluminó una esquina del parque. Pero desde que abrieron, hace dos años, los han robado un montón de veces. La seguridad del barrio está fatal”.
Sobre un papel, los jóvenes hacen una lista con dos columnas. En la primera ponen lo que les gusta a los vecinos de esta parte del barrio y en la otra los problemas más graves que tienen. Casi todas las señoras coinciden: falta seguridad, iluminación, botes de basura, hay vandalismo, no tiene un área de juegos, ni zonas para la patineta, faltan cajones de estacionamiento y los jardines no tienen el mantenimiento adecuado.
La dinámica está organizada por un grupo de diez estudiantes del ITESO que forman parte del Proyecto de Aplicación Profesional que reúne a jóvenes de distintas carreras que cursan los últimos semestres. Este trabajo, que está inscrito dentro del Programa de Regeneración Social Espacio Público, se ejecuta en un escenario real que les permite aplicar sus conocimientos y habilidades.
El objetivo final de este trabajo es conformar un documento que se le entregará al Ayuntamiento de Guadalajara. En el caso de que se decida hacer una intervención en la zona la autoridad sabrá las necesidades reales de los vecinos.
Después de apuntar en el papel, las vecinas colocan en el mapa del parque puntos con colores y números. Cada uno signficia una carencia específica.
“Desde hace 10 años dicen que lo iban a arreglar y no ha pasado nada. Cada vez que hay elecciones los candidatos vienen y hacen promesas, pero hasta ahora no ha pasado nada”, dice la señora Carmen.
Una de las más activas durante el encuentro es Guadalupe González. Su padre, afirma, fue uno de los fundadores del barrio. Comenta que hace unos años hubo una iniciativa para quitar el parque y poner canchas de futbol rápido. Finalmente, después de juntar cientos de firmas y recibir amenazas de muerte, el proyecto no prosperó.
“A mí me dolería mucho que este parque desapareciera. Mi padre plantó estos árboles, fue uno de los primeros vecinos de la zona en los años cuarenta. Este lugar es parte de la historia familiar”.