“Mezonte organiza continuamente recorridos en Jalisco donde los participantes conocen el proceso artesanal de elaboración de la bebida”
Mezcal, bebida ancestral. Pedro Jiménez es fundador de Mezonte, una asociación civil que promueve la cultura del mezcal y la producción sostenible de esta bebida en Jalisco y en otros estados.
Omar Magaña
Un diario de circulación nacional publicó hace algunas semanas un reportaje titulado: Mezcal ¿el nuevo coñac o moda hipster? El nombre del artículo, de acuerdo con el empresario y promotor del mezcal Pedro Jiménez Gurría, expresa el conocimiento parcial, acaso equivocado, sobre los destilados del agave y el papel que desempeñan como agentes económicos y culturales en amplísimas regiones rurales de México desde antes de la Conquista.
Lo que un documentalista que nació en la Ciudad de México (1974) pueda opinar al respecto importa si este se ha confirmado como uno de los principales promotores del consumo y la producción sostenible de mezcales que más registros audiovisuales tiene sobre el tema, que más escribe, expone y promueve el acercamiento entre los productores que llevan en la producción de mezcal toda su vida y los consumidores que, por curiosidad o pasión, quieren trascender los clichés, así como la cadena de valor que va de la milpa de magueyes hasta los bares de la Quinta Avenida de Nueva York.
“Cualquier persona que se dé una vuelta por el campo verá que (la producción de mezcal) no es una moda”, afirma Jiménez Gurría, fundador de Mezonte, una asociación civil dedicada a promover y apoyar a los productores de mezcales tradicionales de Jalisco y propietario desde el 2009 de Pare de Sufrir, un bar en Guadalajara que se distingue por una extensa cava que da cabida a la variedad de destilados producidos en México a partir de la propia diversidad y la riqueza del agave.
La asociación tiene una pequeña sala de degustación en Guadalajara (en la calle Argentina 299) donde se comparte el conocimiento alrededor de los destilados de agave y se apoya, mediante la venta directa, a las regiones mezcaleras artesanales y a sus productos.
Jiménez, que se inició en la apreciación de la bebida cuando adolescente y que a través de los años y con la guía de otros conocedores -entre ellos, Cornelio Pérez (La Logia de los Mezcólatras) y Marco Ochoa y Silvia Phillion (A Punto de Veneno), pasó del interés amateur al involucramiento de tiempo completo con productores del occidente de México (Jalisco, Michoacán y Guerrero) y Durango. La asociación lleva a cabo una serie de actividades orientadas a preservar el cultivo responsable de agaves, mantener la producción sostenida de mezcales sin mayores deformaciones generadas por una mayor demanda y favorecer el retorno de los dividendos hacia los productores.
En Jalisco, un estado que por varios motivos ha favorecido históricamente a una variedad de agave (el tequilana A. Weber) en detrimento de la riqueza natural de la región, doce maestros mezcaleros mantienen un vínculo directo con Jiménez y trabajan con variedades como: Maximiliana, Rodacanta, Angustifolia, Americana, Inaequidens, Bovicornuta, entre otras. “Es una riqueza que se ha desperdiciado o ha quedado a la sombra del tequila”, indica el promotor, “Jalisco, por alguna extraña razón, no entra en la denominación de origen del mezcal”.
Todos estos productores, que trabajan únicamente con magueyes que han madurado entre siete y veintitrés años, machacan las piñas a mano, emplean destiladores de tronco o barro y generan no más de 200 litros de aguardiente en cada entrega, testifican la longevidad de un trabajo que cíclicamente se enfrenta al rechazo de la clase industrial y al descuido de instituciones que han llegado a proponer normas y reglas del juego que atentan contra la sostenibilidad económica de las familias involucradas.
Para favorecer el conocimiento y el consumo de este producto, Mezonte organiza continuamente recorridos a municipios como Zapotitlán de Vadillo, donde los participantes atestiguan de cerca el proceso artesanal de elaboración de la bebida y conocen a los productores.
Ellos son los protagonistas de Viva mezcal, el largometraje documental que Jiménez ha llevado a varios estados de México y de Estados Unidos y que se ha proyectado en festivales de Canadá, Reino Unido, Francia, Dinamarca, Australia y España. Ellos llevan la voz cantante también en las visitas que el promotor realiza desde la ciudad a los centros de producción como, ellos son socios y son -esa es la intención- los receptores de los beneficios que genera el incremento en la demanda de una bebida que hasta hace apenas una década era una total desconocida para quienes hablan de ella como una moda.
Más información sobre esta asociación en: www.mezonte.com & www.facebook.com/mezonte
