Economía solidaria: Un grupo de personas recupera esta práctica ancestral de intercambio de bienes y servicios.
“El Tianguis del Trueque nació en 2008. Actualmente se realiza en Guadalajara y Tlaquepaque”
Libros, montones de libros apilados unos sobre otros. Revistas, la mayoría publicaciones de moda, algunas TvNotas. Cómics, zapatos de hombres y de mujer. Ropa, plantas, latas de atún, camaras digitiales y analógicas, ropa de bebé, cuadros, marcos, espejos, tamagochis, teclados para computadora, cuchillos, celulares, tamagochis, juegos de cocina, juegos de video clásicos.
El úlitmo domingo de cada mes se instala el Tianguis del Trueque en el Parque Revolución de Guadalajara. Un gran bazar que se convierte en la mejor opción para intercambiar objetos usados.
El Tianguis, que forma parte de la Red de Economía Solidaria, nació el año de 2008 como un proyecto universitario donde se intercambiaban libros. A lo largo de los años, el proyecto ha tenido tanta aceptación que hace un mes abrieron una sucursal en el centro de Tlaquepaque.
Más de 20 locales y decenas de personas deambulan con curiosidad. Uno de ellos trae una maleta llena de libros de ciencias. Se para durante un momento y negocia con una de las personas para ver qué puede intercambiar. “Mi hermana lleva el tema de los libros, si quieres podemos esperar a que llegue”, le contesta.
De acuerdo a uno de los organizadores, Marco Alfredo González, cualquier persona puede participar y traer sus cosas para intercambiar. A los participantes, sólo se les pide que los objetos que traigan estén en buen estado, se anoten en una lista y se pongan una etiqueta en el pecho con su nombre.
En uno de los puestos un chico ofrece decenas de Bienevales. “¿Qué quieres por ellos?”, le pregunta una persona. “Me interesa cambiarlos con objetos y refacciones para bicicleta”, le responde el dueño de los boletos.
En otro de los locales una chica ofrece su diseño gráfico como moneda de cambio (en el trueque también se ofrecen servicios) y ha puesto un tenderete de ropa usada detrás suyo. Con suerte, una persona estrenará ropa al final del día.
