Los colapsos y las demoliciones de fincas históricas de Guadalajara en años recientes reflejan la gravedad del problema
“La defensa del patrimonio es un tema importante para la ciudad pero muy complejo en el que se ven involucradas muchas instancias y se cruzan muchos intereses”
La siguiente historia es verídica. Acto 1. Un grupo de empresarios decide demoler en plena Semana Santa de 2012 la Privada Guadalupe Zuno, un conjunto catalogado como Valor Artístico Relevante ubicado en la Colonia Americana.
Acto 2. Un ciudadano se entera, toma fotos de la demolición y las sube a las redes sociales para denunciar el atentado contra la obra de Pedro Castellanos, un arquitecto clave en la primera mitad del siglo XX. Ante el revuelo, la demolición se detiene después de las observaciones hechas por la Secretaría de Cultura y la dirección de Obras Públicas de Guadalajara, que pide parar los trabajos porque asegura que los empresarios carecían de los permisos para la demolición.
Acto 3. Tres meses después el Tribunal de lo Administrativo anula el dictamen que protegía la finca. Los dueños tienen vía libre y deciden tumbarla por completo para construir un estacionamiento. ¿Cómo se llamó la obra?
La defensa del patrimonio es un tema importante para la ciudad, pero muy complejo en el que se ven involucradas muchas instancias y se cruzan muchos intereses.
En Guadalajara, el tema es crítico. El Patronato del Centro Histórico detectó hace un año 833 fincas de valor histórico que estaban prácticamente en ruinas, de las cuales más de 60 estaban a punto del colapso. Para los dueños, es más fácil y barato dejarlas caer que intervenirlas o reformarlas. Muchos consideran que los trámites son engorrosos y los gastos son altísimos.
Aunque existen estímulos fiscales para quien decide intervenir o reformar una vivienda con valor histórico y arquitectónico, los dueños prefieren otras salidas e ignoran el potencial que puede tener una vivienda con valor patrimonial.
Aunque la nueva Ley de Patrimonio Cultural mejorará las condiciones de seguridad para el patrimonio inmueble, la realidad es que si no se concientiza y socializa el problema entre los ciudadanos, autoridades y empresarios, ninguna ley podrá parar el deterioro que sufre la ciudad.
Otro caso reciente y sonado fue el de la Casa Castiello en Guadalajara (Vallarta y Robles Gil), que sufrió el colpaso de una parte de su estructura el verano del año pasado. Los ciudadanos, para alertar de la situación, abrieron una página de Facebook (http://www.facebook.com/salvemoscasacastiello) para que la finca fuese protegida y estabilizada, algo que sucedió unos días después. Sin embargo, el daño ya estaba hecho.
